jueves, 31 de octubre de 2013

Alimentos Adictivos 4

¿Cómo combatir la adicción?

En un mundo lleno de comida deliciosa y tentadora, podría parecer difícil librarse de la adicción a la comida, pero Ashley Gearhardt, psicóloga de la Universidad de Yale, tiene 3 recomendaciones: 

1. Evitar la "acumulación de hambre"

Según Gearhardt, comer varias veces durante el día en porciones pequeñas no sólo ayuda a evitar el hambre intensa, sino que evitaría que asociemos la comida con cuestiones emocionales. Es importante comer siempre alimentos ricos en fibra y tomar mucha agua durante el día.


2. Toma buenas decisiones

"Si cuando tienes hambre lo primero que haces es ir por un pastelillo, y cuando sientes soledad corres por un helado, entonces no puedes evitar desarrollar una adicción. Busca alternativas saludables para manejar la soledad, el estrés y el hambre: come sano, llama a tus amigos, busca actividades relajantes", explica Gearhardt.


3. Más nutrientes, menos calorías


Es importante que revises tu dieta y reduzcas la cantidad de azúcar, grasas y alimentos procesados, explica Gearhardt. Si sales a comer, evita los atracones calóricos, y lleva un diario de lo que comes cada día, así te puedes dar cuenta de qué alimentos y qué hábitos debes modificar.


¿Manía u obsesión?

Está claro que entre la falta de organización y el perfeccionismo debe haber un punto intermedio.
Ser ordenado puede ser un rasgo muy ventajoso, de hecho es más facil encontrar algo si está todo bien organizado, pero el afán de perfección y pulcritud pueden superar los límites, conduciendo a una patología.
¿Y tú, en qué lado de la balanza te encuentras?

"Clasificar, arreglar y organizar". Si estas son tus actividades mejor apreciadas, perteneces a la gente ordenada.  
Las personas con obsesión por el orden provocan en su entorno problemas de convivencia. 
Son los llamados maniáticos del orden, y terminan siendo intransigentes con ellos mismos y con su entorno porque acaban por no dejar hacer nada a los demás.  No toleran los cambios de posición de los objetos de la casa y si algo encuentran de un modo distinto al que esperaban se irritan con facilidad. 
Repasan las tareas que otros realizan, lo que supone una pérdida de tiempo innecesaria. Ellos creen que nadie las hace mejor que ellos. 
LLegan a deprimirse por no poder controlar todo, de tal manera que convierten incluso la vida de quienes les rodean en un auténtico infierno. 




Esta conducta puede convertirse en un trastorno obsesivo compulsivo (TOC), es decir, ajenos a nosotros, obsesiones y compulsiones se apoderan de nuestra mente, tomando forma de pensamientos, y adoptando conductas repetitivas y metódicas sin que podamos resistirnos a dejar de realizarlas.
En España se estima que aproximadamente 1 de cada 50 personas padece alguna forma del TOC, dentro de las cuales se encuentra la manía por el orden.

Las causas de la manía por el orden sientan sus orígenes en factores biológicos y psicológicos. Por ejemplo, se conoce que un ambiente familiar rígido y muy exigente puede ayudar a que la persona desarrolle este tipo de trastornos. De la misma forma, se ha correlacionado con características de personalidad como el perfeccionismo, la meticulosidad y las elevadas exigencias personales.

Cómo reconocer esta patología:
  •       Esta conducta genera dosis elevadas de sufrimiento y malestar.

  •       Consume demasiado tiempo en tareas improductivas e inútiles.

  •       La necesidad de ordenar provoca verdadera angustia.

  •       A menudo, los pensamientos obsesivos tienen un componente estrafalario: “Si no coloco en tal disposición, ocurrirá tal cosa”.
                El orden es una conducta aprendida, sobre todo por imitación y en muchas ocasiones es derivada de la manía por la limpieza.

Al contrario de otros trastornos psicopatológicos, muchas veces este problema es simplificado y las personas no buscan ayuda porque piensan que es una característica de personalidad, por eso a veces el tratamiento comienza cuando la enfermedad ya ha avanzado muchísimo.
Distintas terapias:

Casos leves: hacer ver a la persona que su manía se ha transformado en obsesión que esclaviza a ella y a los de su alrededor.

Casos más graves: 

              1- Tratamiento médico para reducir la ansiedad (técnicas de control de la ansiedad) y el estrés (práctica de la relajación), que le provoca a la persona no cumplir con las tareas que ella misma se exige. 
              Uso de psicofármacos. Dentro de los medicamentos más usados se encuentran los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, ya que estos disminuyen los pensamientos obsesivos y la ansiedad asociada a los mismos.

             2- Terapia psicológica para lograr que la persona quede libre de esta carga y así mejorar su vida, y en consecuencia, la de su entorno.

Por último, espero que este vídeo os haga entender mejor el TOC desde un caso real.



                                        

Espejito, espejito.. ¿A qué soy yo la más bonita?


¿A quién no le gusta mirarse al espejo? ¿Asegurarse antes de salir de casa de que nuestra ropa, peinado y/u otros accesorios y complementos están perfectos? En sí, esto no supone ningún problema, sino que éste empieza en el momento en que mirarse en cualquier superficie reflectora se convierte en una necesidad, llegando a hacerlo cerca de una 70 veces al día. Esta obsesión tiene un nombre, captotrofilia. Estas personas buscan inconscientemente defectos en su imagen, queriendo así hallar defectos incluso en su sombra sobre el suelo. Puede ser un comportamiento migratorio, es decir, cada día la atención se centra en una parte de su cuerpo, un día en la nariz, otro en los abdominales, otro puede que en las piernas y así día a día va recorriendo todas las partes de su cuerpo en busca de defectos.

Esta obsesión puede llegar al punto de comenzar con las visitas a un cirujano plástico para modificar o cambiar en su totalidad la parte del cuerpo que le obsesiona. Pero el dilema no termina aquí, sino que tan sólo empieza ya que, una vez que acuden por primera vez a una clínica de cirugía plástica, no va a ser la última. Así, irán remodelando una a una cada parte de su cuerpo que le avergüence para convertirse en su punto de vista en personas "perfectas" pudiendo llegar a convertirse en una persona de silicona y bottox, es decir, en muñecos parecidos al Ken o a la Barbie que todos conocemos.

Y es que, este trastorno reconocido psiquiátricamente no afecta sólo a mujeres, sino que cada vez afecta a más hombres en esta sociedad en la que la metrosexualidad está a la orden del día. Cuidarse, mirarse, sentirse guapa/o, mimarse interior y exteriormente no es malo, ya que como todo lo que se realiza en su medida adecuada no resulta perjudicial para la salud.



Cada persona es distinta, cada quien tiene sus cualidades físicas que lo hacen especial y diferente, por eso, si crees que has caído en esta obsesión, no te preocupes. Por eso, se debe acudir a profesionales que te ayuden a asumir y buscar el problema que te provoca esa obsesión para así en una terapia colaboren contigo para que olvides esa obsesión exactamente igual que los complejos, ayudando a entender lo que son y puedas superarlo.


En este vídeo, te explican en mayor profundidad qué es, cómo afecta y como pueden ayudarnos.
¿Qué es la captotrofilia?

miércoles, 30 de octubre de 2013

Alimentos Adictivos 3

¿Cómo saber si eres adicto?

Según la Clínica de Cleveland, si te has visto en una de las siguientes situaciones, puede ser que seas adicto a la comida: "No puedo controlar cuanto como"; "escondo comida y como a escondidas"; "me siento culpable después de comer"; "como cuando estoy sensible"; "mi peso me está afectando en mi vida diaria".

7. Carne

La carne contiene una sustancia llamada hipoxantina, que tiene propiedades estimulantes: te hace sentir bien y con mayor vitalidad. Esta sustancia podría provocar dependencia al grado de que podrías sentir malestar, insatisfacción y cansancio si no la consumes, explica el Dr. Jorge Pamplona Roger, de la Universidad de Granada.




8. Comida picante

La neuróloga Andrea Leuenberger indica que la capsaicina es una sustancia irritante que da el picor a los alimentos. Al comerla, lastima los tejidos y provoca la liberación de endorfinas, que tienen un efecto analgésico. Comer picante con frecuencia alteraría la producción de endorfinas, lo que es un posible desencadenante de adicción.


9. Leche

El Dr. Neal Barnard, del PCRM, explica que la leche, tanto la humana como la de vaca, contiene naturalmente pequeñas cantidades de morfina, la cual tendría como objetivo tranquilizar al lactante. Esta morfina, no obstante, podría desarrollar cierta adicción en los adultos que siguen tomando leche en grandes cantidades.


10. Carbohidratos


"Cuando comemos carbohidratos, se elevan los niveles de azúcar en la sangre, y esto estimula las mismas áreas cerebrales relacionadas con la adicción a la nicotina o a otras drogas, por lo que un consumo alto de carbohidratos podría desarrollar una adicción", indica el Dr. Simon Thornley, del Servicio de Salud Pública de Auckland, Nueva Zelanda.

¡Hoy vuelvo al médico!

¿Tendré yo esta enfermedad? ¡Creo que tengo esos mismos síntomas!

A la mayoría de las personas cuando oye hablar de alguna enfermedad fácilmente contagiosa o con signos "poco específicos", se le pasa por la cabeza la posibilidad de haberla adquirido. Y es en estos momentos cuando a los estudiantes de la rama sanitaria, quienes estamos en contacto con los pacientes y aprendiendo cada vez más acerca de los diferentes tipos de patologías cuando nos aparecen estos "ataques de hipocondría".

Seguramente todos habéis oído hablar de personas hipocondríacas, pero hay que hacer una diferencia entre el hipocondríaco y el paciente psicosomático:

¿Cuál es la diferencia entre un paciente psicosomático y un hipocondríaco?

  •  PACIENTE PSICOSOMÁTICO             
Es aquel que tiende a manifestar síntomas orgánicos a partir de estados emocionales. La enfermedad orgánica aunque sea leve puede degenerar en trastornos emocionales o relacionales graves y por el contrario un estado emocional o relacional desencadena o aumenta los síntomas orgánicos.
  • HIPOCONDRÍACO
Se caracteriza por una preocupación y miedo a padecer una enfermedad grave a partir de la interpretación personal de alguna sensación corporal u otro signo que le aparezca.


Estos dos tipos de estados mentales hacen que el paciente acuda a la consulta de atención primaria de forma sistemática porque creen estar enfermos. Son adictos a ir al médico y se les conoce como pacientes recurrentes o hiperfrecuentadores. 

“Existe un paciente hiperfrecuentador que busca al médico para que le alivie la angustia, el miedo y le proporcione seguridad. Y esto puede convertirse en una adicción, en una dependencia”, asegura el psicólogo Enrique García Huete, profesor de la Universidad Cardenal Cisneros y director de Quality Psicólogos.

“El problema no es la enfermedad en sí, sino la forma de afrontar la vida. Un paciente hipocondríaco o somatizador tiene un pequeño pinchazo en el corazón y piensa que tiene un infarto”, subraya el doctor Arbesú.





Aunque las pruebas médicas descarten cualquier patología orgánica, el sujeto no se siente tranquilo y puede iniciar un peregrinaje sanitario con el consiguiente coste.
Si los resultados descartan la enfermedad, en un principio puede sentir alivio pero al tratarse de un problema mental, vuelve a sentir angustia y enfermedad y acude de nuevo a la consulta o pasa por otros especialistas. Es lo que los médicos llaman el “paciente shopping”, como si fuera de compras. Tienen por lo tanto, una adicción a ir a la consulta...

¿ERES HIPOCONDRÍACO? ENTRA Y DESCÚBRELO


¿Diversión o problema?

¿Quién no ha jugado nunca a juegos por internet?
Desde el típico Bubble en el que se deben hacer tríos de bolas de colores en sus diferentes variantes hasta juegos de táctica. Cada día aparecen más, más complejos y sobre todo adictivos. Algunos individuales y otros en los que puedes relacionarte con otros jugadores que pueden convertirse en aliados o rivales.

El World of Warcraft conocido como WoW, es un videojuego de rol multijugador el línea y que contiene todos los ingredientes para convertirse en una adicción. Es un  juego que no tiene un final, siempre está reinventándose con cada expansión añadiendo nuevas características que haga que sus jugadores deban dedicarle más horas de juego. Su sistema de logros y metas, las ganas de ganar reputación y aumentar el número de armaduras así como tratar de ser el mejor en un mundo de más de 12 millones de jugadores lo convierte en un juego con un gran potencial adictivo.

Sus jugadores prefieren dedicarle horas al juego que a cualquier otra actividad, dejando así incluso de dormir las horas necesarias y pasando los días con cansancio. Todo esto les lleva a crear una situación de ansiedad cuando no juegan por lo que planean estrategias para cuando puedan jugar. Dejan de lado tanto a sus amigos como a sus familiares. Las horas de juego les pasan facturas física como son dolores de espalda y/o de cabeza por las horas sentados frente a la pantalla del ordenador.

Por eso, si eres jugador, piensa:
¿Le dedicas más horas a tu vida como jugador que a tu vida cotidiana?
¿Prefieres hablar con tus amigos online que con los de siempre?
¿Qué te da el WoW que no te dan tus amigos?
¿Juegas por diversión o por que lo necesitas?
¿Duermes menos para poder alcanzar niveles?
Estas son algunas de las preguntas que test que se encuentran pueden hacerte para analizar en que situación como jugador del WoW te encuentras. En esta página podréis encontrar un test que analizará vuestras respuestas para evaluar tu nivel de adicción.
  "WoW, despídete de tu vida"     





Para terminar, quería enseñaros al extremo al que llega este jugador cuando descubre que su novia le ha borrado todos los personajes que con esfuerzo el había conseguido:
Jugador furioso

¿Placer o Aflicción?


¿Tienes relaciones sexuales y no te sientes satisfecha en tu totalidad? Puede ser que la culpa no la tenga él del todo. Más habitual de lo que pensamos pero también poco conocida, debido a que las personas que la padecen suelen mantenerla oculta y disimularla sobre todo en ámbitos familiares.

Múltiples nombres pero todos hacia la misma sintomatología: ninfomanía o satiriasis, hipersexualidad o adicción al sexo.


La ninfomaía se refiere a una adicción en la que las mujeres sienten deseos compulsivos a tener relaciones sexuales en la que tienen una libido muy activo y una obsesión por el sexo;  mientras que, la satiriasis se refiere a esta adicción en hombres.


En el manual psiquiátrico mundial, "Manuel Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales", ya se recoge con su nombre clínica "trastorno de la hipersexualidad", ya que cualquier trastorno o obsesión que interfiera en la vida normal de una persona se considera una patología.

Aunque como bien decía antes, se considera un problema menor debido a lo poco que se sabe y al pequeño porcentaje de personas al que afecta, sólo un 6% de la población, no es tan pequeño si se traduce en millones de personas. Por ejemplo en España serían cerca de 3 millones de personas quienes lo sufren, en Estados Unidos 18 millones, en Argentina 2'5 y en México 7 millones.


Algunos de los problemas que trae consigo esta adicción, es que las personas que la sufren suelen tener varias parejas sexuales por lo que acaba convirtiéndose en una práctica de riesgo. Esto es debido a que si uno de ellos adquiere una enfermedad o infección de trasmisión sexual como pueden ser la gonorrea o las clamídias, se las trasmitirá al resto, haciendo una red de esta infección o enfermedad.
Otros de los problemas que encontramos son laborales y sociales repercutiendo en sus relaciones sentimentales, ya que no son capaces de tener una sola pareja sexual.También dificultades económicos ya que el deseo sexual tan fuerte que sienten los llevan a comprar artículos sexuales, acudir a prostíbulos, buscar páginas de Internet o realizar con frecuencia llamadas a líneas eróticas para buscar ese contacto sexual que necesitan.

¿SOLUCIONES?

Como cualquier adicción, el primer paso para tratar el problemas es admitir el problema y crear un consciencia sobre él, dándose cuenta de cómo interfiere en su vida cotidiana.
Estas personas suelen buscar llenar un vacío interno, o puede ser debido a la soledad o a una depresión que buscar ahogar en el sexo. Por ello, siempre es importante ponerse en contacto con profesionales que ahonden en el problema individual de cada persona y busque que es lo que les lleva  a realizar esta práctica de forma tan repetitiva.
A veces puede deberse a un trastorno hormonal, con lo que un un tratamiento sobre el control en la secreción o inhibición de hormonas podría regular esta adicción que en ocasiones no ocurre por propia elección.







Toca cafeína

¿Sientes que dependes de la cafeína para funcionar con normalidad?
¿Estás comenzando a sentir que no puedes vivir sin ella?

La cafeína es un estimulante del sistema nervioso central, perteneciente a la familia de las metilxantinas, sustancias que estimulan el cerebro porque interfieren en la acción de la adenosina, un transmisor cerebral que produce serenidad, lo que provoca una sensación de euforia durante algún tiempo.
La concentración máxima en sangre se alcanza a los 35 o 40 minutos, aproximadamente, de su consumo. Se elimina progresivamente. Hacia las tres horas de haberla ingerido, aún queda la mitad en el organismo.
No obstante, no todas las personas reaccionan de la misma manera y hay quien con poca cantidad ya puede sentir alguno de sus efectos, en cambio otras necesitan dosis muy altas para ello. 

La ingesta de cafeína se está convirtiendo en una verdadera epidemia en nuestra sociedad. Personas que desayunan hasta con coca cola o la beben de manera sistematizada en la comida y cena.

La cafeína no produce daños graves en la salud y, por tanto, no se considera una sustancia peligrosa. Consumida con moderación puede contrarrestar la disminución cognitiva, por cansancio, enfermedad o envejecimiento.
Sin embargo, cuando se abusa de ella de manera crónica, todos sabemos que puede resultar adictiva y muy pocos controlan la cantidad de cafeína que toman cada día.

La cafeína se encuentra en diversos productos, además que en la coca-cola, como café, cacao, bebidas energéticas, té y ciertos medicamentos, como determinados analgésicos o estimulantes que pueden adquirirse sin receta.
Al ingerir cafeína en altas dosis, puede producir múltiples efectos negativos, entre los que se encuentran:
  • Viveza que termina en ansiedad (lleva a comer más y por tanto, a la obesidad), irritabilidad y temblores.
  • Insomnio, dolor de cabeza que generan peor concentración y cansancio.
  • Indigestión.
  • Taquicardia.
  • Rubor facial.
  • Aumento de la diuresis que lleva a la deshidratación, surgiendo una molesta necesidad de orinar continuamente.
   *Precaución en embarazadas, pues su elevada ingesta puede dar lugar a abortos y malformaciones congénitas.



Un estudio del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos revela que la adicción a la cafeína está más vinculada al hígado y a su capacidad para procesar la sustancia, que al efecto que su consumo provoca en el cerebro, que hasta ahora se consideraba un factor clave en la adicción. Los autores del estudio, encontraron variantes de los dos genes que intervienen en la descomposición de la cafeína en el hígado, y que son determinantes a la hora de hacer que una persona sea más propensa o no a tomar café.

La cafeína es una droga y al igual que cualquier otra droga, con la finalidad de salir de la adicción, tienes que estar comprometido con tu plan de acción y estar listo para la ansiedad y para la abstinencia. 
La clave para dejarla es el saber que las cosas empeorarán antes de mejorar, pero que una vez que mejoran, seguirás estando mejor.


¡Tú puedes!

       


martes, 29 de octubre de 2013

Alimentos Adictivos 2

Comer es muy placentero, pero hay que hacerlo con moderación. Y este límite puede dejar paso a la insatisfacción, lo que suele generar atracones o antojos intensos y ansiedad, síntomas asociados con las adicciones, explica el Dr. Peter Rogers, de la Universidad de Bristol en Inglaterra. 

Por que a ver quién se puede resistir con alguno de estos alimentos...

4. Queso

El queso contiene caseína, un grupo de proteínas propias de la leche de alto valor proteico que, al ser digerida, libera casomorfina, la cual posee efectos semejantes al de los opioides; la liberación de casomorfina en el cuerpo hace del queso un alimento potencialmente adictivo, explica el Dr. Neal Barnard, presidente del Comité de Médicos por una Medicina Responsable (PCRM, por sus siglas en inglés)


5. Comida grasa

Según explica Paul Johnson, del Departamento de terapia molecular del Scripps Research Institute, la comida con grasa estimula la producción de dopamina en el cerebro, un neurotransmisor que mejora el estado de ánimo. El consumo constante de este tipo de alimentos produciría un cambio en la química cerebral, lo que desencadena la adicción.


6. Cafeína


Cuando no tomas café, ¿te sientes mal? Eso se debe al efecto adictivo de la cafeína. Dado que la cafeína es un estimulante, tomarla en grandes cantidades desarrollaría cierta dependencia en el cuerpo, y no tomarla causaría síndrome de abstinencia, explica el Dr. Roland Griffiths, de la Escuela de Medicina Johns Hopkins.

Trabajar como forma de vida

Aunque no se ha descrito una definición médica concreta para esta conducta se puede decir que un TRABAJÓLICO o adicto al trabajo es aquella persona para la cual el trabajo constituye el centro de su vida, su empleo resta importancia a todo lo demás, incluida la familia, el ocio y la vida social. Lo consideran como su refugio. El hecho de llevarse trabajo a casa para acabarlo por la noche o los fines de semana es algo que resulta habitual en la persona que lo padece.

Los adictos al trabajo tiene dos perfiles diferenciados:

* El obsesivo y perfeccionista, que son personas exigentes que no saben delegar labores

* El narcisista, gente ambiciosa que está ciega por adquirir mayor poder


A esto se suma los incontables problemas familiares y en las relaciones sociales que padecen a causa de su actitud; se ha comprobado que hay una tasa de divorcios más elevada entre las personas con este problema.

Por si fuera poco, un adicto al trabajo es más propenso a padecer problemas de salud como ser: afecciones de corazón, diabetes, estrés, problemas gastrointestinales, etc. Además pueden ser personas de carácter irritable, con cuadros depresivos y de ansiedad, además de propensos al insomnio y a la hipertensión arterial.


Los trabajólicos suelen permanecer más de 50 horas semanales en su puesto de trabajo, pero ¿puede decirse que una persona es adicta con solo medir el tiempo que dedica a su empleo?

 La adicción no puede determinarse de una manera cuantitativa. Lo que importa no es la cantidad de horas de trabajo, sino el modo en que se realiza.

“La persona que simplemente es muy trabajadora, lo hace con buen ánimo y cuando llega un intervalo, sabe divertirse”. El adicto suele estar de mal humor y su genio empeora aún más en los tiempos de descanso. “Es un ogro en su casa, no tiene empatía con los demás y no sabe disfrutar del ocio”.

Para saber más... Puedes entrar en este artículo publicado recientemente en La Voz de Galicia.
NOTICIA LA VOZ DE GALICIA


Si usted está leyendo esta columna en horario laboral y mira el reloj cada media hora para ver si llega el momento de marcharse a casa, tranquilo, definitivamente, usted no lo es. Si lo está leyendo en su oficina después del horario laboral y podría haberse marchado hace rato pero espera algo que le retenga un rato más, puede que usted lo sea.


lunes, 28 de octubre de 2013

Vencer la onicofagia

¿Quién no se ha mordido las uñas alguna vez?
Casi todo el mundo lo ha hecho alguna vez, pero lo preocupante es cuando ese "impulso" dura años o las uñas llegan a comerse de tal manera que se convierte en una autoagresión.

Así, se denomina onicofagia al hábito nocivo de "comerse las uñas".
Morderse las uñas es una patología psicológica que se refleja en:

  • casi la mitad de los adolescentes, en un 44%
  • niños de siete a diez años de un 28 a un 33%
  • adultos jóvenes de un 19 a un 29%
  • los mayores (más de 65 años), en un 5%.
El borde libre desaparece y la uña se sumerge en el lecho ungueal, provocando diferentes tipos de lesiones que van desde las menos graves, como inflamaciones a las más agresivas, hemorragias subungueales que pueden conllevar a la pérdida completa de la uña.
Las uñas mordidas y posteriormente ingeridas, normalmente pasan al tubo digestivo y acaban por mezclarse con las heces al final del trayecto dada la imposibilidad de digerir el resto ungueal.
Además, la onicofagia lleva a alteraciones en la estética dental (ya que las uñas impactan en los dientes), y también en la estética de las manos.

Las uñas están formadas principalmente por células muertas endurecidas que contienen queratina, una proteína fibrosa, que el cuerpo produce de manera natural. Son las herramientas que nos facilitan coger o abrir objetos, así como proteger de agresiones externas el extremo de los dedos.
Un dedo sin uña es un dedo amputado que no puede desempeñar todas sus funciones, por lo que las uñas son muy necesarias.


Hay quienes asemejan el hábito de la onicofagia a la adicción por el tabaco o el alcohol y a los impulsos nerviosos inconscientes conocidos como tics. Debido a problemas económicos, laborales o de pareja, a la necesidad de autoflagelación o autocastigo por no sentirse completamente agusto con quien se es, o al estrés, tensión interna, o también inseguridad,  entre otras causas, lo que realmente ocurre es que el cerebro se asigna una conducta que deberá realizarla de una manera continúa.

Recordad que la onicofagia se trata sólo con voluntad propia. Aunque puede precisar de ayuda especializada, no existe un tratamiento concreto, asique dominad los nervios, ansiedad, o los problemas cotidianos que te arrastran a este mal hábito.






  





Alimentos Adictivos 1

¿Empiezas a comer y ya no puedes parar? Si te ganan los antojos o comes compulsivamente, puede ser que tu cerebro te esté obligando a comer, asegura un estudio publicado en el Journal of Clinical Investigation.


Algunos alimentos promueven la producción de sustancias en el cerebro que causan una sensación de placer y gratificación, y si los consumimos en exceso, podríamos empezar a comer más y más para sentir ese bienestar. Ese es el camino hacia la adicción, explica el Journal of Addiction Medicine.

A continuación mostramos una lista de alimentos que su ingesta excesiva provoca dependencia en el organismo:

1. Comida basura

Es el nombre de una amplia variedad de alimentos de bajo valor nutricional, que estimulan la secreción de dopamina, que produce placer. Pero con el tiempo la sensación producida por la dopamina se vuelve menos intensa, por lo que necesitemos comer más para obtener el mismo placer. Así empieza la adicción, revela un estudio del Scripps Research Institute.


2. Azúcar

El azúcar es potencialmente adictivo porque promueve la liberación de endorfinas, sustancias con efectos opiáceos. Al quitar el azúcar a ratas de laboratorio, se observó que experimentaban síndrome de abstinencia, un síntoma típico de las adicciones, explicó el Dr. Bart Hoebel, director del estudio.


3. Chocolate

El chocolate, sobre todo el que contiene leche, activa las zonas del cerebro relacionadas con el consumo de drogas. Las sensaciones producidas por el chocolate son tan intensas que mucha gente sigue comiendo y comiendo, aun cuando están satisfechos, explica Dana Small de la Escuela de Medicina de la Universidad de Northwestern.



Oniomanía

¡Necesito ir de compras!

Estas cuatro palabras vienen a diario a mi mente cuando abro el armario y no encuentro el conjunto adecuado para un día nuevo... En cuanto tengo un rato libre me voy a revisar las tiendas de ropa y acabo comprando lo que no necesito. 

Esto es el día a día de una oniómana o una compradora compulsiva.


 El síndrome de compra compulsiva es un tipo específico de alteración del comportamiento, semejante a la adición; por el cual una persona es incapaz de controlar sus tendencias e impulsos que le llevan a comprar.

Los síntomas de que se ha traspasado la barrera de un comprador normal, de aquel que compra por necesidad de poseer un artículo al que compra por necesidad de satisfacer una adicción son:

o Niveles elevados de ansiedad en centros comerciales y otros lugares de compras.
o Intrusión de pensamientos que incitan a la persona a comprar.
o Aparición de deseos de resistirse, con imposibilidad de contener su impulso de realizar compras.
o Una vez realizada la compra, liberación de la tensión y satisfacción.
o Pasados unos momentos surgen sentimientos de culpa y remordimiento.



 Si eres incapaz de pasar por delante de una tienda sin entrar a mirar si han puesto la nueva temporada, o si han rebajado algo que con anterioridad habías visto que te gustaba, y ya que estás dentro aprovechas para comprar algún artículo, aunque sea un solo detalle que piensas que te vendrá bien, y eso lo haces una y otra vez a lo largo de la semana, puede que estés presentando los primeros síntomas de una compradora compulsiva.

La compra compulsiva muchas veces esconde un trastorno bipolar. Este trastorno se caracteriza por:

•La depresión
•La manía: en esta fase el paciente experimenta gran euforia, se siente bien, puede tener ideas de grandeza, siente que no necesita dormir, presenta una marcada hiperactividad y puede
involucrarse en situaciones que pueden tener un componente riesgoso o un deterioro económico para él, como compras compulsivas y gastos excesivos.
•Obsesivos compulsivos: la parte de la compulsión se relaciona con sentirse angustiados, compran y se sienten mejor por un momento.


Entra aquí y haz el test que te proponen:
¿Eres una compradora compulsiva?


Tercera y cuarta regla de las diez de Thomas Jefferson:
- No te gastes el dinero antes de ganarlo.
- No compres lo que no te sirva, por barato que lo encuentres.


¡Aún no estoy morena!

¿Cuántas horas he pasado bajo el sol este verano? ¿Cuántas horas he estado achicharrándome en la playa sin la debida protección?
 A pesar de ir casi todos los días a la playa o a la piscina, esforzándome por conseguir un bronceado perfecto, nunca me encuentro lo suficientemente morena.

Aunque el término “tanorexia” no está aún estandarizado en la comunidad médica, el síndrome existe y contiene unos síntomas que muestran una clara disfunción.

“Este término, aunque existe en las revistas científicas y se usa en medicina, lo cierto es que no se encuentra en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM)”, afirma Aurora Guerra, dermatóloga miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y jefe de dermatología del Hospital Universitario 12 de octubre de Madrid.

A la pregunta de si este comportamiento compulsivo por tomar el sol a todas horas se puede comparar con otras adicciones como el alcoholismo o el tabaquismo, la doctor Guerra responde que sí, “y también con la anorexia, y en realidad, con cualquier trastorno dismórfico corporal”.



Hazte las siguientes preguntas y respóndelas con sinceridad recordando el pasado verano:

o ¿Me obsesionaba con “que día va a hacer hoy”? “¿Podré ir a la playa?”
o ¿Tenía ansiedad por aumentar y mantener mi bronceado?
o ¿Competía con mis amigas por conseguir el bronceado más oscuro?
o ¿Era capaz de estar varias horas seguidas bajo el sol sin apenas moverme de la arena?
o ¿Pasaba más de 5 horas seguidas en la playa?
o ¿Nunca estuve al 100% satisfecha por los resultados obtenidos?
o ¿Me enfadaba o deprimía cuando veía nubes en el cielo?
o Después del verano pensé alguna vez en tomar sesiones de rayos UVA?




Consulta estos artículos:

EFECTOS DE LA SOBREEXPOSICIÓN AL SOL

SOL Y CÁNCER DE PIEL


Las estadísticas de cáncer son alarmantes:

domingo, 27 de octubre de 2013

Sobredosis de ejercicio

La vida sedentaria es uno de los problemas de nuestra sociedad, pero el otro extremo, osea, el exceso de deporte, puede llegar a crear una dependencia y una adicción que según diferentes estudios puede llegar a ser parecida a la del consumo de drogas. 
Se denomina dependencia al ejercicio al "trastorno que se caracteriza por una necesidad cada vez mayor de hacer deporte y por la aparición de síntomas de abstinencia cuando no se puede realizar el mismo"

Existen distintas fases para llegar a considerarse la existencia de una dependencia:
  1. Apetitiva: se prueba algo y gusta.
  2. Ejecutiva: se aprende y repite.
  3. De saciedad: se abusa hasta la saturación.
  4. De abstinencia: se intenta abandonar pero vence la voluntad.
  5. De adaptación: en la que el ejercicio puede mantenerse, estabilizarse, agravarse y abandonarse.     
Con esto, algunas de las repercusiones negativas que conlleva practicar deporte durante horas prolongadas son:    
  • Problemas de estrés (ansiedad)
  • Problemas de corazón
  • Pérdida ósea
  • Alteraciones del sueño, lo que produce fatiga
  • Mal humor
  • Impulso irresistible a seguir ejercitando incluso cuando existen lesiones
  • LLega a afectar a tu vida social o laboral.

La adicción deportiva en ocasiones está relacionada con la vigorexia, es decir puede conducir a trastornos alimentarios, ya que ese exceso de deporte, en muchas ocasiones es por la preocupación desmesurada por la imagen física.

Robin Kanarek, de la Universidad de Tuffs, y sus colaboradores realizaron  un estudio en el que en experimentos con 84 ratas comprobaron que, después de pasar demasiado tiempo corriendo en sus ruedas a diario, los roedores presentaban cierto grado de adicción. Para medirlo les administraron naloxona, un fármaco que no produce efecto alguno en individuos sanos pero que, en individuos con dependencia genera síndrome de abstinencia. Las ratas que habían estado sometidas a un exceso de actividad física desarrollaron los síntomas propios de la abstinencia: dilatación pupilar, taquicardia, temblores musculares,... Esta respuesta indicaba que se habían producido en su cerebro los mismos cambios que experimentan los consumidores de drogas

El ejercicio, como el abuso de drogas, hace que se liberen en exceso neurotransmisores como las endorfinas o la dopamina, ligados a la sensación de recompensa.

Un ejercicio moderado es bueno a nivel físico, psicológico y fisiológico, pero cuando se practica de manera irrefenable puede resultar perjudicial.

Bien, y ahora...¿Quieres comprobar si eres adicto al deporte? 

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sábado, 26 de octubre de 2013

¿Usas la aplicación más importante del planeta?


What's up? (¿Qué hay de nuevo?), ese es el origen de una de las palabras más pronunciadas de hoy en día.
Estoy segura que a casi nadie os sonará desconocido este término que se ha ido introduciendo en nuestras vidas y será difícil que desaparezca de ellas.
La empresa WhatsApp fue fundada en 2009 por Brian Acton y Jan Koum, ambos veteranos de Yahoo! y con sede en Santa Clara, California.

WhatsApp es "una aplicación de mensajería multiplataforma que permite enviar y recibir mensajes ilimitados mediante Internet de forma instantánea, sustituyendo a los servicios tradicionales de mensajes cortos o sistema de mensajería multimedia. Además de aprovechar la mensajería básica, los usuarios pueden crear grupos y enviar entre ellos un número también ilimitado de imágenes, vídeos y mensajes de audio, y contactos y ubicación".

Esta aplicación está disponible en smartphones (IOS, Android, Windows Phone, Blackberry, etc), manejando unos 13 billones de mensajes al día, con un clarísimo éxito por su simplicidad y facilidad de uso, y por supuesto por su gratuidad.
WhatsApp ofrece una serie de ventajas pero también posee un poder adictivo alto.
El uso puede devenir en adicción. Y la adicción, en ansiedad.
                                          
                                          
                     

Un estudio publicado por la Universidad de Worcester y presentado en la Sociedad Británica de Psicología se centraba en lo que podría denominarse el "síndrome de la vibración fantasma", cualquier aplicación que envíe mensajes de manera instantánea como WhatsApp puede contribuir a este efecto.

El estudio trataba de explicar un fenómeno que a muchos le resultará familiar: ¿quién no ha sentido alguna vez una vibración en su bolsillo cuando, en realidad, nadie les ha llamado? 
Esto podría ocurrir debido a la espera de recibir un mensaje, pero también ante una necesidad obsesiva de mirar el teléfono o incluso un efecto biológico, una manifestación física del pensamiento psicológico mediante la cual los músculos que están en contacto con el teléfono sufren un espasmo.
Así, esa sensación de la vibración fantasma no dejaría de ser un síntoma del síndrome de abstinencia, de obsesión y de miedo a perder el control. Y es que, como puede ocurrir con el alcohol, hay quien hace un uso controlado de estas tecnologías. 
Sin embargo, existe una barrera peligrosa que no debe traspasarse: aumentar cada vez más el tiempo que se invierte en el móvil para tener más satisfacción.

Aquí os dejo un enlace para más información:


Y también un vídeo para reflejar cómo el WhatsApp puede deteriorar las relaciones: