Los adictos al trabajo tiene dos perfiles diferenciados:
* El obsesivo y perfeccionista, que son personas exigentes que no saben delegar labores
* El narcisista, gente ambiciosa que está ciega por adquirir mayor poder
A esto se suma los incontables problemas familiares y en las relaciones sociales que padecen a causa de su actitud; se ha comprobado que hay una tasa de divorcios más elevada entre las personas con este problema.
Por si fuera poco, un adicto al trabajo es más propenso a padecer problemas de salud como ser: afecciones de corazón, diabetes, estrés, problemas gastrointestinales, etc. Además pueden ser personas de carácter irritable, con cuadros depresivos y de ansiedad, además de propensos al insomnio y a la hipertensión arterial.
Los trabajólicos suelen permanecer más de 50 horas semanales en su puesto de trabajo, pero ¿puede decirse que una persona es adicta con solo medir el tiempo que dedica a su empleo?
La adicción no puede determinarse de una manera cuantitativa. Lo que importa no es la cantidad de horas de trabajo, sino el modo en que se realiza.
“La persona que simplemente es muy trabajadora, lo hace con buen ánimo y cuando llega un intervalo, sabe divertirse”. El adicto suele estar de mal humor y su genio empeora aún más en los tiempos de descanso. “Es un ogro en su casa, no tiene empatía con los demás y no sabe disfrutar del ocio”.
Para saber más... Puedes entrar en este artículo publicado recientemente en La Voz de Galicia.
NOTICIA LA VOZ DE GALICIA
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