viernes, 25 de octubre de 2013

¡BIENVENIDO AL MUNDO REAL!

¿Cuántas veces has dicho que vas a cambiar?
¿Y cuántas veces has prometido a tus padres, tu pareja o tus hijos, o inluso a ti mismo; desde mañana mismo, no consumo más drogas o alcohol, o no juego más a ese videojuego?
Seguramente lo prometías de verdad, pero el miedo es temporal, y nunca un buen sustento para un cambio duradero.
En una persona adicta cambiar de una forma radical no es tan fácil, pues la negación forma parte de la enfermedad.
Este sistema de negación, en el adicto se conoce como sistema delusional, que va creciendo para sostener una mentira, que se convierte cada día en algo más difícil de creer.
Pero cuando el dolor es insostenible, no hay más remedio que cambiar.
Es cierto que decidir y actuar, son dos cosas separadas; pero considero que están unidas por el hilo de una curva que dibuja un proceso, llamado RECUPERACIÓN.
La recuperación entonces, es "el acto de cambiar, que sigue usualmente, pero no de manera necesaria, a la toma de decisión".
La recuperación no se logra prometiendo, sino tomando ¡¡¡ACCIÓN!!!
¿Y qué significa eso?
La acción es "el comienzo de una planificación para conseguir un objetivo determinado".
La solución más segura es la abstinencia completa de todo lo que altere la mente o la forma de sentir.
Cada adicción puede tener un plan de recuperación algo diferente al principio, pero una vez lograda la primera recta, los caminos son casi idénticos: se enfocan en el cambio personal.

Al dejar a un lado esa adicción, después de tiempo conviviendo con ella, viene el síndrome de abstinencia.
Así, se define como "el conjunto de reacciones físicas o corporales que ocurren cuando una persona con adicción a una sustancia psicoactiva deja de consumirla". O sea, en pocas palabras, el efecto rebote; el cerebro se había adaptado a las rachas de consumo compulsivo y ahora debe hacer lo contrario. Y eso...duele.

Al fin logras desengancharte sintiendo una sensación de libertad indescriptible, pero...cuidado; que el peligro no termina.

Porque ahora comienza el cambio personal. Después de depender de la adicción para vivir, te sientes profundamente vacío.
El dilema es cambiar o recaer, pero todo lo que se necesita es paciencia. El tiempo mínimo requerido para cualquier tratamiento es de al menos seis meses.
Y una vez en el camino, el panorama es muy esperanzador. ¿Puedes imaginarlo?.
Una nueva vida, no más dependencia, y la oportunidad de crecer interiormente y de conocerte mejor.
Nadie diría que tanto dolor te colocaría en el camino del crecimiento.
Hay que ver el terreno desde arriba, para entender el panorama. Pero eso, sólo se logra después de haber recorrido el camino.

Bienvenido al mundo real.

CONCIÉNCIATE.





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