La persona utiliza luego diversos métodos, tales como vomitar o consumir laxantes en exceso, para evitar el aumento de peso y el malestar que le produce.
El temor a engordar afecta directamente a los sentimientos y emociones del enfermo, influyendo de esta manera en su estado anímico, que en poco tiempo desembocará en problemas depresivos.
La bulimia nerviosa se inicia en la mayoría de los casos en la adolescencia o al principio de la vida adulta; generalmente en las mujeres (por cada diez casos solo uno es un hombre).
En la actualidad se estima que afecta a más de un 2% de la población de los llamados países desarrollados.
Los atracones suelen empezar después o durante un periodo de régimen dietético.
Factores de riesgo
En las personas más vulnerables, problemas emocionales como el divorcio de sus padres, el fallecimiento de un ser querido, la sobreprotección familiar o antecedentes de depresión y otros trastornos mentales en la familia, pueden ser factores desencadenantes de un desorden alimentario.Por otro lado, una excesiva preocupación por la figura y el peso puede ser un desencadenante de bulimia, así como la baja autoestima y el perfeccionismo.
Tratamiento
- Los grupos de apoyo pueden servir para pacientes con afecciones leves que no tengan ningún problema de salud.
- La terapia cognitivo conductual (TCC) y la nutricional son los primeros tratamientos para la bulimia que no responde a los grupos de apoyo.
- Los antidepresivos conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) se emplean a menudo para la bulimia. Una combinación de terapia cognitiva-conductual e ISRS es muy eficaz si la primera no funciona sola.
Aquí os dejo un vídeo muy ilustrativo de una chica con este trastorno de la alimentación:
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