martes, 12 de noviembre de 2013

Comer sano puede ser una obsesión

Las "dietas de moda" generalmente son regímenes estrictos donde se elimina un grupo entero de alimentos y el aporte de calorías y carbohidratos es muy bajo. 
Actualmente las personas preocupadas por estar delgadas y por verse bien a toda costa encuentran en las dietas la manera para conseguir el objetivo: reducir el peso.
Pero ¿en qué momento el individuo empieza a tener adicción por las dietas para perder peso? 

                                                      

Existen muchas maneras de ser adicto, y quienes no pueden dejar de hacer dietas tienen un comportamiento patológico que muchas veces disfrazan de actitudes sanas, cuando están lejos de serlo. 
El trastorno es conocido como ortorexia; es la obsesión del afectado por comer sano. Se caracteriza por una fijación por la calidad de los alimentos, su procedencia, las calorías que contienen y los efectos sobre el cuerpo. También es de mencionar que la anorexia y la bulimia empiezan como una adicción a las dietas y pueden derivar en trastornos importantes que se fijan en la cantidad de comida ingerida.

Pistas para detectar la ortorexia

  1. ¿Crees que estás enganchada a la comida sana?
  2. ¿Pasas más de tres horas al día pensando en comer sano?
  3. ¿Planeas hoy lo que vas a comer mañana?
  4. ¿Das más importancia a la calidad de los alimentos que al placer de comérselos?
  5. ¿Te sientes superior a los que no comen tan sano como tú?
  6. ¿Has dejado de hacer cosas que antes te gustaba hacer por culpa de tu dieta?
  7. ¿Has dejado de salir a comer fuera con amigos porque te resulta difícil comer en un sitio que no sea tu casa?
                                                                              
La dieta se vuelve peligrosa cuando se transforma en lo más importante en la vida y se deja de prestar atención a todo lo demás, cuando la persona depende de ella y desarrolla una conducta repetitiva. 
Cumplir estrictamente con la dieta propuesta, es una obsesión que se va incrementando con el tiempo, de ahí que se considere una conducta adictiva porque condiciona la rutina diaria de la persona a las comidas. La dieta marca el ritmo de toda la jornada y también determina su vida social: con quién saldrá a cenar, a qué restaurante, qué menú. 

Por eso es importante conocer las consecuencias que trae para el organismo la adicción a este trastorno poco conocido.
  1. Limitar la ingesta de calorías en un período comprimido puede llevar a déficits nutricionales y causar una disminución de la función inmune, anemia, piel seca, pérdida de densidad muscular ósea.
  2. Riesgo de sufrir hipoglucemias, mareos, dolores de cabeza y hasta desmayos.
  3. El adelgazamiento excesivo en un período de tiempo corto conlleva al efecto rebote, donde se recupera o incluso se adquiere más peso. Así se dan más intentos fallidos por adelgazar con las dietas, causando daño al organismo. 
  4. Esta conducta obsesiva, con el tiempo, puede dar lugar a trastornos de conducta alimentaria y sus complicaciones: cardiovasculares, en el aparato reproductor, en el sistema digestivo, en la piel, esqueleto y dientes. También pueden generar complicaciones psicológicas, como ansiedad, depresión, déficit de aprendizaje, falta de memoria, baja autoestima, etc.






No hay comentarios:

Publicar un comentario