domingo, 17 de noviembre de 2013

El comedor selectivo: un síndrome a tratar

El síndrome del comedor selectivo, se conoce desde hace menos de diez años, y se define a los comedores selectivos como aquellos individuos que se nutren exclusivamente, de menos de diez alimentos durante un mínimo de 2 años.
Se trata de un problema que se presenta sobre todo en la infancia y en niños sanosSe sospecha que detrás de este síndrome hay un exceso de sensibilidad táctil lo que les hace rechazar ciertas texturas. También es el resultado de problemas psicológicos, carencias afectivas, traumas o causas emocionales e incluso algún componente genético.





Las adicciones a determinadas comidas presentan síntomas parecidos a los presentados con adicciones al alcohol o el tabaco, sólo que físicamente son menos fuertes. 

                              
Las personas pueden sentir inclinación por ciertos alimentos que les proporcionan el bienestar que necesitan y recurren a ellos de forma impulsiva y repetitiva.
Las consecuencias que entraña este síndrome para la salud pueden ser graves, puesto que genera carencias vitamínicas y de minerales que pueden perjudicar a todo el organismo. Estos son algunos de los peligros:

  • Ausencia de frutas o verduras: Son alimentos ricos en vitaminas, minerales y fibra. Evitarlos puede favorecer el estreñimiento lo que aumenta el riesgo de padecer enfermedades del aparato digestivo.
  • Ausencia de proteínas: La falta de las proteínas presentes en la carne, el pescado, los huevos y algunos alimentos vegetales puede alterar el desarrollo normal de los tejidos orgánicos, el funcionamiento hormonal, puede comprometer el sistema inmunológico o debilitar el musculoesquelético.
  • Ausencia de cereales: Es la principal fuente de hidratos de carbono, provoca falta de energía además de aumentar el riesgo de otras enfermedades del aparato digestivo.
  • Ausencia de lácteos: La leche y sus derivados aportan el calcio necesario para fortalecer los huesos. Su carencia puede favorecer la aparición de osteoporosis, fracturas óseas, etc. Además, el calcio ayuda a la fijación de la vitamina D. Evitar estos alimentos puede provocar, entre otros problemas, debilidad y fatiga.
    Claves para identificarlo
Un adulto puede responder a un sencillo cuestionario para saber si padece este síndrome.
¿Eres un comedor/a selectivo/a?
    1. ¿Tu dieta se compone de diez o menos alimentos?
    2. ¿Tienes alimentos fetiche a los que acudes compulsivamente en momentos de ansiedad?
    3. ¿Limitas tu vida social para no tener que acudir a un restaurante o compartir menú?
    4. ¿Has realizado dietas milagro basadas en un solo alimento?
    5. ¿Padeces otros trastornos de la alimentación?
Si las tres primeras respuestas son afirmativas, es aconsejable acudir a un experto en Nutrición o en Salud Mental.
Si se contesta afirmativamente a las dos últimas, hay que recordar que el riesgo de convertirse en comedor compulsivo aumenta.

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