COCAÍNA

Las hojas de la coca, de donde se obtiene la cocaína, han sido utilizadas por el hombre desde hace de miles de años.

La cocaína pura era extraída originalmente de la hoja del arbusto de la coca del género Erythroxylum, que crecía principalmente en Perú y Bolivia. En la década de los noventa, Colombia se convirtió en el país con mayor cultivo de coca.

 Hoy en día, la cocaína es una droga clasificada por la Ley sobre Sustancias Controladas, lo que significa que se considera que tiene un gran potencial de abuso. Es una droga poderosa que estimula al cerebro y que puede crear una fuerte adicción en quien la consume.

La cocaína se trata de un polvo blanco, cristalino y de sabor amargo. En ambientes callejeros se denomina nieve, coca o farlopa.

FORMAS DE CONSUMO

 Esta es consumida de forma más frecuente en forma de polvo sal de hidroclorato (inhalada) o incluso peor aún, como cristales de cocaína que se suelen fumar (crack). La vía intravenosa está hoy en desuso por los enormes riesgos que conlleva.

Patrones de consumo

• Recreativo o social: dosis altas y concentradas en poco tiempo, se para cuando se está exhausto o se termina la droga.

• Compulsivo: uso crónico y casi diario. El consumo es el que organiza la propia vida, se produce una gran dependencia a la sustancia.

• Policonsumo: sobre todo con cannabis y alcohol. Se ha producido un aumento del consumo de alcohol como primera droga y la cocaína como secundaria para poder mantenerse despierto más tiempo.

CONSECUENCIAS

La cocaína produce los mismos efectos que otras drogas estimulantes del SNC pero de menor duración.
Sus efectos inmediatos son claramente observables en quien la ha consumido; presenta claros síntomas de sobreexcitación, euforia, locuacidad, inquietud, hiperactividad, etc.

 El efecto dura relativamente poco tiempo (unos 30-60 minutos) y, en cuanto empieza a declinar, el sujeto experimenta cansancio, apatía y ansiedad por recibir otra dosis. A largo plazo, su uso descontrolado produce adicción, ataques de pánico, trastornos mentales e incluso la muerte, bien sea por efectos fisiológicos directos (sobredosis), o bien por inducción al suicidio.

Las consecuencias a largo plazo pueden abarcar desde problemas de tipo cardiovascular, pulmonar, renal, otorrinolaringológicos (por el consumo esnifado), psiquiátricos e infecciosos (hepatitis B, VIH) hasta cuadros psicóticos, episodios convulsivos o trastornos alimenticios.

Creo que te he dado muchas razones por las que no pruebes la cocaína.

¡CON LAS DROGAS NO SE JUEGA!