domingo, 3 de noviembre de 2013

Un impulso por mentir

Una de las psicopatologías más aceptada inconscientemente en la actualidad es la mitomanía ya que la mayoría de las personas, en mayor o menor medida, mentimos.
Pero...¿dónde está la frontera entre la mentira considerada normal y la mentira patológica?
Hay un punto en la persona, que en el que el mentir se vuelve dañino, tanto para sí misma , como para el mundo que lo rodea. Esa conducta se ha transformado en una compulsión.

La mitomanía, también denominada pseudología fantástica, es una enfermedad psicológica que consiste en mentir de forma patológica y continuamente.
Afecta normalmente a personas con un nivel de autoestima muy bajo que tienen miedo al rechazo social, por lo que recurren a miles de mentiras acerca de su vida para hacerla más interesante ante las personas y así ser el centro de atención.
No sólo existe una única razón que origine esta patología, sino que hay más causas:
  • Personas con un ánimo muy elevado, alegres, superficiales, frívolas, que carecen de perseverancia y personalidad.
  • Las conductas ambivalentes: familias que simulan una posición social que no tienen, matrimonios que fingen un vínculo inexistente, pueden estimular a la mitomanía en sus hijos.
  • También puede interferir la genética, osea, se puede heredar.

El mitómano distorsiona la realidad, llega a creerse su propia historia y establece una gran distancia entre la imagen que tiene la persona de sí misma y la imagen real.

¿CÓMO AFECTA A LA PERSONA?
En el orden individual; pierde la credibilidad pública.

En el orden familiar; la familia se agota a causa de tantas mentiras.

En el orden social; tienden a rechazar al mitómano. Es el "cuentacuentos" del grupo.

No es habitual que las personas que sufren mitomanía acudan a un especialista en busca de ayuda psicológica. Su objetivo es mentir sin que se sepa que mienten.
Las personas allegadas y las víctimas son las que generalmente denuncian la situación y buscan esa ayuda.
En todo caso, el tratamiento psicológico requiere siempre la colaboración activa del paciente. Pero esto es difícil, ya que no se consideran enfermos por ser mentirosos o, por las satisfacciones que obtienen, carecen de interés por cambiar.

Una psicoterapia analítica puede permitir en algunos casos, mediante un trabajo de introspección, buscar otra manera de responder y reaccionar a las situaciones estresantes. Un abordaje terapéutico conductual puede tener también algún efecto positivo.






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