domingo, 17 de noviembre de 2013

¿Me rascas?

A todos nos gusta que nos rasquen la espalda, los brazos o puede que la cabeza. Esta adicción a rascarse es conocida como la Dermatilomanía.

¿Qué es la Dermatilomanía?

La dermatilomanía es el trastorno del control de los impulsos determinado por el impulso repetido de rascarse, pellizcar o excorias la propia piel llegando a provocar grandes lesiones. Estos episodios de rascado o pellizcado de la piel a menudo son precedidos o acompañados por sentimientos de tensión o ansiedad, y quienes lo sufren sienten una necesidad compulsiva de tomar, morder o rasguñar una superficie o región del cuerpo, normalmente donde se percibe un defecto de la piel, llegando a producirse hemorragias y dolor para liberar su ansiedad.

Este trastorno compulsivo supone cerca del 2% de las consultas de dermatologías Estas personas además de sufrirlo por ansiedad,  también sienten de manera continuada un picor localizado en alguna parte de su cuerpo que no pueden mitigar rascándose.De hecho, muchas veces al rascarse el picor en la zona aumenta. 

Los especialistas en los análisis que les realizan a estas personas no encuentran alteraciones metabólicas que causen el prurito, por lo que no existe un motivo aparente para que sientan ese picor. Los dermátologos aseguran que al menos un 40% de las enfermedades cutáneas tienen que ver con factores emocionales que les afectan y les provocan esos picores.


Tratamientos

Los dos estregias principales para el tratamiento de este trastorno son la intervencion farmacológica y la conductual.
Tras unos análisis para comprobar si hay alteraciones metabólicas y darse cuenta que están en lo cierto, inician un tratamiento oral con ansiolíticos, antidepresivos o psicotropos (tranquilizantes) y, al mismo tiempo un tratamiento por vía tópica para hidratar la piel, evitar la sequedad, y para lograr que la zona afectada deje de molestar al paciente.
También deberá informarse al paciente debidamente para que no sientan miedo ante lo que están sufriendo y así ellos mismos puedan incluir terapias o técnicas de relajación, terapias de grupo, consultas con especialistas... 
Además, algunos dermátologos suelen recomendar también un buen corte de uñas, y sobre todo ropa cómoda de fibras naturales o tapar la zona del cuerpo en la que suelen sentir los picores para evitar que el roce los incite a rascarse.


A continución incluyo un enlace que trata sobre un estudio que demuestra porque el picor debe ser rascado. 

Artículo: Rascarse apaga las neuronas del picor.

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