Los laxantes son medicamentos que se usan a corto plazo para aliviar los síntomas del estreñimiento.
Pueden actuar de diferentes formas en el intestino grueso y/o delgado: suavizando las heces, lubricando el intestino, reteniendo agua en él (hidratándolo). Su administración puede ser por vía oral o anal.
Si bien los laxantes no generan adicción física, sí que pueden ser utilizados de forma exagerada cuando la persona que lo hace padece otro tipo de trastorno como puede ser anorexia o bulimia o simplemente por la creencia que pueden ayudar a adelgazar, aunque la realidad es que los laxantes solo conducen a una pérdida de peso por pérdida de líquidos corporales, que aparece como kilos perdidos en la balanza, pero no es indicativo de pérdida de peso real.
Uso razonable de los laxantes
Un laxante utilizado ocasionalmente y asociada su ingesta con un problema de estreñimiento producirá disminución de hinchazón producida por retención de líquidos, por ejemplo durante el ciclo menstrual.
Los efectos secundarios de los laxantes
El efecto secundario más importante de los laxantes es la frecuencia regular e impredecible de ir al baño, que puede tener un impacto significativo en tu funcionamiento diario.
Más importante, sin embargo, es el impacto del uso de laxantes a largo plazo en otros sistemas del cuerpo, que pueden incluir:
- daño del tracto gastrointestinal
- osteomalacia (por déficit de vitamina D)
- ciclos menstruales irregulares
- dolor de estómago
- náuseas y vómitos
En resumen, los laxantes producen una disminución temporal de volumen, pero no pérdida de peso real y unos negativos efectos secundarios en comparación con su pequeño beneficio.
Esta entrevista responde a muchas preguntas frecuentes relacionadas con el estreñimiento y el uso de laxantes:
MITOS Y CONCEPTOS ERRADOS
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