viernes, 1 de noviembre de 2013

Nada con exceso, todo con medida

Cualquier actividad en exceso es perjudicial... incluso leer es malo si lo haces todo el tiempo, por lo que sí existe la adicción a la lectura.
El término bibliófilo es aplicado para aquel  individuo que tiene una predilección obsesiva
compulsiva por los libros, tal vez alcanzando un grado de bibliomanía. 
La bibliomanía es un trastorno obsesivo-compulsivo que consiste en coleccionar libros no útiles ni con ningún valor. 
Es un síndrome de acaparador compulsivo.

El adicto a los libros es posesivo, celoso, obsesivo. Los mira, los organiza, los selecciona, siempre tiene en la mesa de lectura más de lo que puede leer. Es inconstante, promiscuo, hace falsas promesas, promete más de lo que puede cumplir, no tiene palabra, se deja enredar fácilmente por otra lectura y abandona una que él mismo creía la mejor, la imprescindible.

El adicto a los libros también los trata como a seres amados, a la adicción se suma la tragedia de este sentimiento, pues el libro que tanto placer le proporciona cuando lo encuentra es el mismo que lo desilusiona cuando lo empieza a conocer más a fondo.
Es por esto que son muy pocos los libros que son verdaderamente amados, y por esos pocos, es imposible abandonar la esclavitud que lleva al adicto a estar enganchado a la lectura.

Este amor por la lectura, es en todo caso, una adicción pacífica y poco dañina, que sólo desgasta levemente la vista e incita al sedentarismo. Pequeños inconvenientes que se pueden paliar o conllevar. Ya sabemos que el tabaco mata, pero la lectura no, sino enriquece y culturiza y además es un refugio moral ante los problemas. 
La lectura es una forma más de dar plenitud a la vida, y puede aportar experiencias e ideas que, de otra forma, nos quedarían muy lejos.

Aunque esta adicción se considera positiva, puede provocarte algunos problemas, como distracción, bajo empeño en el trabajo, aislamiento social, que con un poco de control solucionarías.
Te daré 6 pasos a seguir:

  1. Lee mucho en un día que tengas libre.
  2. Dile a un amigo de confianza que guarde tus libros.
  3. Período de abstinencia entre cinco o seis semanas.       
  4. Sigue avanzando en tu vida.
  5. Organiza tu tiempo.
  6. Disfruta de la lectura con moderación.




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