
Deportes de riesgo como el puenting, tirarse de una bici desde una alta montaña, conducir un coche a alta velocidad, surfear olas gigantescas, subir y bajar largas distancia tanto andando como en bici o hacer mountainbike son algunas de las experiencias que hacen que estas descargas se produzcan.
La adrenalina y la dopamina generan bienestar. La adrenalina es una hormona que segregamos ante una situación de peligro alertando a nuestro organismo y preparándolo para ese peligro al que vamos a enfrentarnos. Mientras que la dopamina es un neurotrasmisor que aumenta la frecuencia cardíaca y la presion arterial. Y por último encontramos la serotonina, que provoca una sensación de relajación tras el enfrentamiento a esa situación adversa. El problema se encuentra en que nuestro cerebro se acostumbra a este tipo de sensación por lo que quienes realizan este tipo de deportes de riesgos necesitan ir cambiando de uno a otro en búsqueda de nuevos retos que vuelvan a proporcionarle esa sensación inicial.
Así, en los deportes de riesgos se produce un cóctel de adrenalina, dopamina y finalmente serotonina produciendo una sensación que sólo lo "valientes" son quienes pueden disfrutar. Son personas que aún sabiendo que exponen su vida a problemas físicos, o aún habiendo tenido ya serios problemas de salud provocados por este tipo de deportes no pueden evitar seguir realizándolo para seguir consiguiendo este cóctel que para ellos resulta necesario.
Como ejemplo, tenemos a Travis Pastrana, quien en su informe médico ya acumula conmociones cerebrales múltiples, la parte posterior del cráneo rota, varias dislocaciones de hombros y problemas severos de rodilla debido a la degeneración del cartílago. Travis, es el rey de la adrenalina y de la dopamina, no puede vivir sin arriesgar su vida. Es tal su necesidad por esta mezcla explosiva que ha llegado a tirarse de un avión sin paracaídas, como podemos ver en este vídeo.
Travis Pastrana se lanza sin paracaídas
No hay comentarios:
Publicar un comentario